Y su impacto en los restaurantes

En el Perú existen más de 220 mil establecimientos dedicados a la venta de alimentos y bebidas, los cuales se vieron afectados por el cierre obligatorio de sus establecimientos en cumplimiento de las medidas impuestas por el gobierno a consecuencia del COVID-19.

Esta situación condujo al estado a implementar medidas rápidas de cara a la re-activación de este sector, colocando al delivery como herramienta esencial para la continuidad de sus actividades.

Bajo este contexto, muchos están preocupados en cómo enfrentarán este reto. Aquí analizamos las opciones que estarían disponibles:

Delivery tercerizado

En los últimos años se ha incrementado el servicio de delivery para muchos rubros del mercado y en su mayoría se realiza a través de aplicaciones móviles de terceros donde Glovo, Rappi y Uber Eats, lideran la oferta de este servicio, asegurándose de tener muchos establecimientos afiliados y una cobertura geográfica  cada vez más extensa.

Aspectos positivos: rapidez, costo moderado, horarios flexibles

Aspectos negativos: bajos o nulos controles de calidad

Servicio de delivery propio

Si bien es cierto, esta modalidad implica una inversión que no estaba en los planes de la gran mayoría de los empresarios del sector, el no hacerla podría representar la diferencia entre continuar cerrados o hacer crecer su negocio.

Aspectos positivos: aseguran el control de calidad, permiten seguir operando, permiten planificar el crecimiento.

Aspectos negativos: costo alto de implementación.

En TargetMaps hemos venido diseñando soluciones tecnológicas que permiten la aparición de nuevas compañías de delivery o la implementación de un delivery propio de manera rápida y amigable, considerando estándares existentes en la industria y los componentes digitales vigentes como el pago sin contacto, la factura electrónica, la firma digital, el reconocimiento biométrico, la geolocalización, entre otras alternativas tecnológicas que en la coyuntura del COVID-19, ya no son opcionales sino obligatorias.